martes, 7 de diciembre de 2010

La Mariposa y el Viento!!!

Había una vez una Oruga que se escondía en su capullo de seda... se negaba a salir de el.  Era tan cómodo  estar refugiada, era tan seguro, era un estado tan vegetativo... que a veces se olvidaba que estaba viva.

Pobre Oruga, se decía ella misma, recordando todo lo que tuvo que pasar mientras pasó su vida  arrastrándose por el suelo, ramas y arbolitos... “Cómo quisiera que mi vida fuera distinta a la que fue”... se decía constantemente.  Pero ella prefería el refugio que le daba su capullo.

Y así pasaron veranos, inviernos, primaveras y otoños... negándose a salir de ahí. Pero añorando una nueva vida. La vida pasaba y la Oruga seguía contenida en capullo sin atinar a salir de el.  Pasaban bichitos por su lado que la invitaban a salir de ahí y ella se excusaba.  Pasaron animales rastreros que trataron de deborarla, pero ella se escondió aun más en su capullo hasta que estos se alejaron.  Hasta el mismo Sol la instó a salir... y ella lo intentaba, pero su aprensión era más fuerte.

Pero un día... sin esperar nada nuevo... una voz le susurró al oído. Ella desconfió la primera vez que la escuchó... pero esa voz volvió a susurrarle.  La Oruga comenzó a inquietarse y del miedo fue pasando lentamente a la tranquilidad. La voz seguía susurrándole y la Oruga confiada decidió al fin salir de su capullo. 

Al salir del capullo, se dio cuenta que ella ya no era ni la sombra de lo que había sido... ahora estaba llena de colores, ahora podía sentir que el aire limpio llenaba sus pulmones, ahora se sentía libre... entonces, abrió sus alas y voló. 

Mientras volaba y se maravillaba con todo lo que iba descubriendo en su vuelo, el susurro que había escuchado en su letargo, volvió a hablarle y esta vez esa voz la envolvió.  La, ahora, Mariposa cerró sus ojos y sintió como esa voz inundaba todo su ser. Su corazón latía tan fuerte que parecía que se salía de su pecho y al abrir sus ojos vio que esa voz pertenecía al Sr. Viento. 

El Sr. Viento envolvió a la Mariposa en su suave brisa y ambos emprendieron el vuelo... muy juntos... siempre acompañándose... confiados el uno del otro... ni la odiosa Sra. Tormenta pudo separarlos.  

Ellos estaban fuertemente unidos por un lazo que sus corazones se encargaron de tejer.

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